Más que pandilleros, personas que se hacen pasar por ellos, valiéndose del temor que inspiran, son los que más utilizan redes sociales para ejercer violencia psicológica y finalmente extorsión en contra de las víctimas. Esto ocurre en un país en el que prácticas como el acoso y otros delitos relacionados a la libertad sexual en los que las nuevas tecnologías juegan un papel central van en aumento; y en el que, además, hay vacíos de ley y falta de registro de casos que contemplen dicho rol. Esta omisión, a larga, no les permite a las autoridades tomar mejores decisiones para combatirlos y prevenirlos, aseguran los expertos.
Investigación y textos: Gabriela Cáceres
“He visto a personas conocidas que han sido buleadas“: Entrevista con Daniel Mejía, 23 años, joven guatemalteco, estudiante de informática.
Las autoridades policiales y fiscales decidieron presentar una propuesta de Ley Contra Los Delitos Cibernéticos, en 2016. Lo hicieron a raíz de que, a partir de 2013, la PNC comenzó a recibir denuncias sobre este tipo de casos y no existe una ley que los persiga, por ejemplo, enviar pornografía infantil por medio de WhatsApp. Además, buscan tener convenios con otros países para que la investigación sea eficaz.