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Detrás del perfil de Facebook de “Elizabeth Cruz” no existía una adolescente de 16 años que buscaba una relación sentimental con menores de edad. Tampoco era alguien que pretendía entablar una amistad con ellos. Aunque sí era así como se hacía pasar.

Elizabeth Cruz publicaba fotografías en fincas, restaurantes, parques de diversiones, entre otros, según investigación del Ministerio Público. Tenía 500 amigos, la mayoría menores de edad. Uno de ellos era Carlos, nombre ficticio y víctima en esta historia, de 14 años.

A Carlos le pareció una joven atractiva. A pesar de que no tenían conocidos en común decidió aceptarla como amiga en la red social, en noviembre de 2015. Elizabeth y Carlos se escribieron mensajes durante 15 días. Mañana, tarde y noche. Platicaban de su familia, amigos y escuela, según el Ministerio.

Pero después de ese tiempo, Elizabeth le propuso que tuvieran su primera cita en un restaurante ubicado en un centro comercial ubicado en zona 11 de Mixco, Guatemala.  Carlos aceptó.

El 15 de noviembre de 2015, alrededor de las 3 de la tarde, Carlos le escribió un mensaje a la supuesta chica para informarle que ya estaba en el centro comercial, pero Elizabeth le dijo que tuvo un inconveniente y mejor se encontraran en un camino rural de San José La Comunidad, zona 10 de Mixco.

Carlos no tuvo problema y decidió moverse hasta ese lugar sin tener idea de cómo era la zona. Nuevamente le escribió un mensaje de texto para notificarle que estaba donde habían acordado, pero que no había nadie. En ese momento, vio a una persona que caminaba hacia donde él, pero que no era Elizabeth, sino un hombre joven. Se trataba de José Luis Osoy Hernández, de 23 años  

La declaración de la víctima relata que José Luis lo golpeó en el estómago y le tapó la boca. Lo llevó a otro lugar, siempre en esa zona, donde lo ató de pies y manos. Luego, sacó un celular y comenzó a grabar cuando golpeaba y abusaba sexualmente de Carlos.

Después del hecho, Hernández le escribió a la víctima amenazando que tenía que mantener la relación de lo contrario iba a publicar el video. Pero Carlos prefirió contarles a sus papás lo que ocurrió. Le mostró las conversaciones y lo que aconteció aquel 15 de noviembre.

Los papás de la víctima interpusieron la denuncia ante el Ministerio Público. Carlos entregó su celular para que los expertos vaciaran la información del aparato. Eso permitió que la policía y fiscales pudieran ubicar dónde se encontraba el agresor. Así, cuatro meses después, las autoridades pudieron finalmente arrestarlo e iniciar el proceso judicial.